Puro cuero

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Puro cuero

Nunca me gustaron los viejos por el tema de los pellejos colgando, pero cuando lo conocí, las perspectivas de todas las cosas cambiaron, mi personalidad y mi vida. Soy una chica de papi y mami, dentro de las limitaciones económicas mis padres me dieron todo lo que yo podía querer. Se puede decir que soy guapa, no solo bonita de cara, además tengo un cuerpo bien proporcionado. No era muy aficionada al sexo a tener novio con derecho, pero tampoco permanecí virgen por mucho tiempo, pero el sexo me parecía pegajoso y en cierta forma humillante, eso de dejar a un muchacho hacerme de todo y ponerme como una rana en un laboratorio, toda abierta, no era algo que me encantará mucho.

Otro mundo

Así que cuando conocí a mi jefe, un hombre cincuentón, muy guapo de ojos claros y de modales muy suaves, la verdad que me impactó, era como si él y yo fuéramos de mundos diferentes. Él se dio cuenta de mi asombro y se aprovechó de mi ingenuidad y de ni curiosidad. Me tiró la caballería con todo, regalos y perfumes caros, rosas y salidas a cenar y bailar. Terminé acostándome con él y vaya que sí sabía cómo hacer a una mujer llegar al orgasmo.

Era un experto

Era evidente que se había cogido al menos un centenar de mujeres. Yo era otra chiquilla culicagada que se levantaba y me hizo lo que le dio la gana y yo lo disfruté como nunca en mi corta vida. De alguna manera mis padres se enteraron de mi aventura quizás por el carro nuevo que me regaló mi amante. La cosa se puso color de horniga y me fui a vivir a un tremendo apartamento con piscina en Paitilla, por cuenta de mi jefe. Ahora era una de sus amantes, después supe que yo era otra de las chiquillas estúpidas que él se cogía.

Seguiré con mi viejo

Sigo amarrada al viejo que en la cama es un tigre con un colmillo bien largo y con él que me ha sacado la leche bien rico. No hay duda, ya lo he comparado con otros pelaítos, mi viejito me lo hace rico y además me llena de plata, así que puedo vivir con eso de ser su amante, total, no vivo de lo que diga u opine la gente o mi familia, ninguno me da un real para comer o vestirme los trapos caros que me pongo. Mientras tenga el culo lindo y suculento y mientras me de plata se lo guardo todito para él solito. He pensado tener un amante joven para ver qué pasa, pero no me parece buena idea. Seguiré comiendo viejo rico y grande.

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