Chinatown panameño, paseo obligatorio por la cultura y gastronomía


Katiuska Anzola

Visitar el viejo Barrio Chino de Panamá es mimetizarse entre la historia de miles de inmigrantes que vinieron por un sueño y lograron hacer de esta tierra, su hogar.

La famosa Avenida B en Santa Ana, guarda en cada esquina colores que se escaman entre sus paredes, balcones y fachadas autóctonas de la cultura china, patos y cerdos guindando detrás de las vitrinas. Incluso puedes sentir en el ambiente un olor entre dulces especies y aserrín. Rostros alegres de distintas razas cruzando la calle y palomas revoloteando por doquier.

El rojo, dorado y verde son primordiales para ambientar el barrio. El paso apresurado de muchas personas es cotidiano y más ahora en el maratón de compras para la gran celebración del Año Nuevo Chino.

La figura más solicitada y vendida en las tiendas es El Mono, en sus distintas presentaciones, bien sea en dorado pequeño o grande, para las llaves o para las puertas, calcomanías, afiches y más.

Pero si no te convence El Mono, puedes optar por otros amuletos para la prosperidad, la protección o alejar las malas energías. Los leones chinos en jade, un Budha bien gordito y sonriente, unos fantásticos dragones o una gata de la buena suerte podría ser el complemento perfecto para tu casa u oficina.

Si necesitas algo relacionado con juegos pirotécnicos, accesorios para fiestas, carteras, perfumes, piedras de colores, bisutería, hierbas o vasijas aquí sin duda lo encontrarás, porque la fama de este barrio es que “no saldrás con las manos vacías”.

Luego de las compras no puedes pasar por alto el Restaurant Kwang Chow, un lugar que tiene años ofreciendo la comida china más tradicional. La decoración interna es como viajar en el tiempo, mientras de fondo escuchas el chirriar de los tenedores y platos, un idioma común de escuchar, pero un tanto difícil de entender -Mandarín- y un embriagador aroma a cerdo y salsa de soya.

El Kwang Chow no necesita publicidad ni de reservas, pero eso si, debes tener mucha paciencia, porque la sala casi siempre está en su capacidad máxima y pedidos vienen y van... Pero te aseguro que valdrá la pena la espera.

Para bajar un poco la comida, las calles internas son un paseo recomendable que deberás hacer con zapatos cómodos. Una parada obligatoria será en la Venta de Aves Nazareno, donde las Gallinas guineas y de patio, patos, codornices, gallos y palomas te harán desear un casa muy grande para llevártelos todos.

Diagonal encontrarás la Casa de las Curiosidades, es un sitio que tiene todas las especies y hierbas que necesitas para la cena de fin de año chino. Y además hay bellísimas piezas de las tradicionales vajillas asiáticas.

Más adelante los puestos de hechizos y pócimas están a la orden del día. Venta de accesorios para el hogar y para el auto. Las fondas, bares y billares tienen coloridos letreros que se activan luego de caída la tarde.

Al final de la calle está el monumento al Barrio Chino, un imponente arco que le da la más grata bienvenida. Los dragones mirando al cielo son muy particulares en los tejados chinos, el tablero principal marca la fecha de 1997, año en el que fue donado al barrio.

Actualmente la Alcaldía de Panamá con la subdirección de obras comunitarias se encuentra restaurando el monumento, gracias a un aporte que realizó la Embajada de Taiwán, y su culminación se tiene prevista para antes de la celebración del Año Nuevo Chino, así lo afirmó el aquitecto Victor Villarreal, hijo de padres chinos, quien está a cargo de esta gran entrada.