Hijos LGBTI con padres en negación

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Por Gabriela Arosemena Montenegro

Twitter: @Gabby_Aro

Ser padre o madre no es tarea fácil, pero se constituye en el vínculo más fuerte, no obstante, como toda regla existen excepciones; durante la semana he escuchado algunas historias de hijos que deciden salir del clóset y cuyos padres, lejos de mostrar apoyo, son los primeros en estigmatizarlos, discriminarlos e incluso maltratarlos.

Cada día nuestra sociedad se vuelve más inclusiva con relación a la población LGBTIQ+; no obstante, aún existe un gran camino a recorrer en miras a erradicar la discriminación. La violencia en cualquier nivel causa un impacto directo en la salud mental, sin embargo, este puede resultar fulminante cuando proviene de una madre o un padre, quien debiera ser la primera red de apoyo. Si nos detuviéramos un minuto a pensar en la ansiedad que puede sentir un chico o chica en el momento en que decide contarle a sus padres por primera vez acerca de su orientación sexual o identidad de género; ahora imaginen la diferencia entre padres que aun cuando se encuentran desconcertados aceptan y apoyan versus aquellos que niegan y rechazan.

Muchas veces el rechazo obedece a temas religiosos, o culturales (machismo imperante de Latinoamérica), otras veces estos padres y madres se culpan a sí mismos pensando en qué hicieron mal durante los años de crianza de sus hijos, lo cual solo evidencia el inminente desconocimiento que existe con respecto al tema de la orientación sexual y/o identidad de género. Con lo anterior es importante resaltar que no es un asunto de culpas, es un asunto de amor; tristemente vivimos en una sociedad de mucha intolerancia, bastante de la cual encontrarán en su día a día por desconocidos que aun siendo incorrecto puede ser esperado, pero lo que resulta inaceptable es que dicha tolerancia provenga del núcleo familiar.

Quienes nos sentimos a gusto con nuestra identidad de género y quienes amamos, según lo que otros consideran “convencional”, no experimentaremos lo terrible que es ser rechazado por quienes naturalmente somos; al final del día debemos recordar que todos somos seres humanos merecedores de amor y respeto de nuestra condición humana, cualquiera que fuese su forma. Si eres padre y madre en esta situación, piensa las palabras antes de decirlas, ensaya la empatía y la comprensión, pero, sobre todo, infórmate sobre el tema, pero no maltrates de ninguna manera a quien debe ser lo más preciado.

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