Lo malo del pindín

Por: Por: Julio César Caicedo Mendieta Opinión -

Si existe algo cierto y en lo cual debemos confiar por original y nuestro, es en el pindín. La música típica panameña mantiene al 99% de la población entretenida los trescientos sesenta y cinco días del año.

Una de las razones primordiales es por la originalidad de los temas. No hay descanso de parte de los compositores pues cada mes suben o bajan éxitos que son silbados y tarareados mayormente por la gente de a pie. Pero como no todo es perfecto, duele ver como son tratados los amantes de estos bailes, gran número de estos eventos se presentan en lugares inapropiados, que para mí, n o se si para ustedes constituyen una ofensa y un irrespeto para los fanáticos del pindín.

A pesar que las muchachas que asisten a los bailes son encantadoras y los músicos, compositores y cantantes también son formidables, persiste algo calamitoso. No es por el precio del “tax” que no baja de ocho dólares, tampoco por las sillas y mesas que las cobran a uno y dos dólares. Lo triste del típico son las pistas de baile hechas a la carrera, que son tablones armados y con desniveles quebradores de tacones. No hay sanitarios para que las damas echen sus meadas hiriendo en lo más profundo el orgullo de una dama, aunque a algunas les vale “cebo” y se orinan en los cascos de los burros aprovechando la oscuridad de los alrededores.

Valdría la pena investigar si el costo de estos espectáculos pudiera bajar un poquito, de manera que inviertan en unas pistas más cómodas ojalá sean estas de tablones, pero colocados de una manera en que se pueda sacar “piquete” de forma elocuente. Comentan los empresarios que lo que pasa es que hay que pagar: Bomberos, policías, permisos de “repres”, alcaldías, a los curas y al mismo diablo. Las cuñas publicitarias a veces, no en la mayoría de los casos son carísimas.

Considero que no debemos dejar que se hunda este recurso de entretenimiento sano que utiliza nuestro pueblo porque tiene derecho a divertirse. Si los funcionarios viajaran menos a reuniones mata tiempo en el extranjero, la seguridad y las pistas de bailes fuesen posibles con esa plata derramada en las alcantarillas. Si estos eventos diesen una mínima partecita a las juntas locales que rindan cuenta, o al deporte que se vea, los gobiernos pusieran más cuidado y no les pusieran tantas trabas honerosas, Pero tenemos lo que tenemos pienso porque el mismo pueblo elije a sus gobernantes.

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.