Aplausos, lágrimas y honores para bombero caído ¡Gracias Naar por salvar vidas!

Los damnificados del incendio del domingo, en el que el sargento Naar perdió la vida estaban presentes y en una gran pancarta blanca con letras negras se podía leer la palabra: Gracias.
Aplausos, lágrimas y honores para bombero caído ¡Gracias Naar por salvar vidas!

Aplausos, lágrimas y honores para bombero caído ¡Gracias Naar por salvar vidas!

Por: Landro Ortiz / Crítica -

Un sollozo bajito, la Bandera Nacional sobre un féretro, una guardia de honor firme, decenas de camisas rojas y un dolor general abrazó a quienes se congregaron en iglesia de Lourdes, para despedir al sargento 1°  Manuel Naar, quien murió en cumplimiento de su labor.
Fue el momento de decirle adiós, de despedirlo. En la parroquIa sus familiares, amigos, conocidos y los hombres de batalla, los que a diario lo acompañaban, los que se jugaron la vida cuando la sirena anuncia que hay una situación de emergencia.  También estuvo el vicepresidente, José Gabriel Carrizo y otros funcionarios de alto rango.
A Naar le faltaba muy poco tiempo para jubilarse. El domingo se enfrentó a su destino. Llegó al edificio de apartamentos #1960, de El Chorrillo, para combatir y luchar con las llamas que consumían el inmueble. Pero, esta vez, el fuego lo sorprendió y perdió la batalla.

 
"Sé fuerte"

El reloj marcaba las 8:55 de la mañana cuando en la iglesia unos acordes anunciaban el inicio de la ceremonia fúnebre. En el centro bajo la mira del Santísimo Sacramentado se encontraba el féretro con los restos del sargento primero y a ambos lados se ubicaron sus compañeros. Nunca estuvo solo, ellos (los bomberos) firmes junto a él.
En medio de las palabras del sacerdote, los camisas rojas se daban ánimo unos a otros: "Sé fuerte", decían. Pero, ese momento no era para ser fuerte, algunos bomberos se quebraron por su amigo y las lágrimas corrieron.

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Ve en paz


Una hora después, las sirenas sonaron cuando el féretro salía del templo y fue colocado a lo alto de un carro bomba, donde se encontraban también las herramientas que usan los bomberos en su trabajo diario: hacha, una manguera, casco y un extintor.
Se inició un recorrido por las diferentes estaciones del Cuerpo de Bomberos. El sol quemaba, ardía la piel, pero el carro bomba nunca estuvo solo. Las sirenas abrían paso, los camisas rojas escoltaban y los transeúntes y conductores le rendían homenaje al bombero caído, a través de los aplausos.
El ataúd recorrió la vía España, Calidonia hasta llegar a El Chorrillo. A la entrada del Cementerio Amador, la manguera del carro bomba expulsó el agua que refresca, acaricia y apaga fuegos.
Fueron más de cinco horas desde que inició la ceremonia y llegó al Cementerio, donde será su última morada.
Los damnificados del incendio del domingo, en el que el sargento Naar perdió la vida estaban presentes y en una gran pancarta blanca con letras negras se podía leer la palabra: Gracias.

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